Insecto Wiki
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Las mariquitas se encuentran por todo el mundo, con más de 4.500 especies descritas. Son insectos pequeños, con un tamaño que va de 1 a 10 milímetros. Suelen ser de vivos colores, con manchas negras sobre un fondo naranja, amarillo o rojo, que no es un caparazón sino gruesas alas transformadas, llamadas élitros, que protegen las alas funcionales para el vuelo, el segundo par. Su cabeza, antenas y patas son negros. Su forma es oval, con extremidades cortas. Dado que son útiles, coloridos e inofensivos para los humanos, son insectos vistos tradicionalmente con simpatía e incluso se les considera en algunos lugares signo de buena suerte, y que matarlas es un presagio de mala suerte.

Los vivos colores de las mariquitas sirven para mantener alejados a los predadores, que suelen asociar los colores brillantes (especialmente el naranja y negro o el amarillo y negro) con el veneno. Esto se denomina aposematismo o coloración aposemática. De hecho, algunas mariquitas son realmente tóxicas para predadores de pequeño tamaño, como lagartos o pájaros pequeños, aunque un humano podría comer varios cientos de mariquitas sin notar ningún efecto[cita requerida].

Los huevos son de color amarillo, puestos en grupos sobre las hojas. Después de una semana, de los huevos salen las larvas que tienen seis patas, y gran movilidad. Suelen ser de color negro con minúsculas manchas blancas y anaranjadas, aunque hay una gran variedad según la especie.

Estas larvas mudan tres veces antes de convertirse en pupas que se adhieren a las hojas, tallos o rocas, y son de un color anaranjado y negro. De éstas emerge un adulto de color amarillo sin tener aún definidos los colores del adulto; éstos aparecen en unas pocas horas.

Su depredador natural son los pájaros, pero su desagradable sabor las preserva de ser ingeridas.

Por otra parte, las mariquitas son muy apreciadas ya que son depredadoras naturales de los áfidos (pulgones), cocos, pulgas, ácaros y cochinillas que son plagas para la agricultura.[1] Una mariquita adulta se estima que puede consumir más de mil de estos animales durante el verano y si tenemos en cuenta que una hembra puede tener más de un millón de crías nos daremos cuenta de porque son considerados como insecticidas naturales.[2] En muchos lugares del mundo se utilizan para lo que se conoce como control biológico de las plagas; es decir, eliminar los animales perjudiciales para la agricultura utilizando sus enemigos naturales, en lugar de utilizar productos químicos.

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